sábado, 8 de agosto de 2015

Víctimas de la doble irresponsabilidad de Grupo México

Madre de familia hace llamado para seguir luchando por agua limpia
Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Son., 8 agosto 2015.- Marisela Mejía es una joven madre de familia, originaria de Hermosillo,
residente desde hace dos años en Baviácora, Sonora. El lugar es uno de los ocho pueblos del río Sonora que la comisión presidencial considera con presencia de afectados por el macro derrame de metales tóxicos del año pasado. El envenenamiento del agua de los ríos Bacanuchi y Sonora, ha causado múltiples daños a la ecología, a la salud, a la economía, la estabilidad psicosocial, y al tejido social en general. Al cumplirse el primer aniversario de la atrocidad, más de quinientas personas han manifestado haber presentado al menos uno de los síntomas consecuentes de la presencia de metales pesados en sus cuerpos. Ronchas en la piel es la manifestación más común, pero con ella también puede venir la caída de cabello, las erupciones con agua (sobre todo en los niños), escoriaciones tipo quemadura que pueden llegar a la necrosis, adormecimiento de alguna o varias partes del cuerpo, y en casos más graves, afectaciones en órganos internos y enfermedades crónico degenerativas como hipertensión y diabetes.
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